OBRAS COMPLETAS
DE
EMILIA PARDO-BAZÁN
CONDESA DE PARDO-BAZÁN
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TOMO 38

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EMILIA PARDO-BAZÁN

CONDESA DE PARDO-BAZÁN

OBRAS COMPLETAS.—TOMO 38
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DULCE DUEÑO





MADRID
V. Prieto y C.ía, editores.
Princesa, núm. 77.
1911

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Es propiedad.
Queda hecho el depósito
que marca la ley.

Establecimiento tipográfico, Campomanes, 4.

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DULCE DUEÑO

AL ÍNDICE

I

Escuchad.

Fuera, llueve:—lluvia blanda, primaveral. No es tristeza lo que fluyedel cielo; antes bien, la hilaridad de un juego de aguas pulverizándosecon refrescante goteo menudo. Dentro, en la paz de una velada de pueblotranquilo, se intensifica la sensación de calmoso bienestar, de tiemposobrante, bajo la luz de la lámpara, que proyecta sobre el hule de lamesa un redondel anaranjado.

La claridad da de lleno en un objeto maravilloso. Es una placacuadrilonga de unos diez centímetros de altura. En relieve, campeadestacándose una figurita de mujer, ataviada con elegancia fastuosa, ála moda del siglo XV. Cara y manos son de esmalte; el ropaje, de oroscincelados y también esmaltados, se incrusta de minúsculas gemas, depedrería refulgente y diminuta como puntas de alfiler. En la túnica,traslucen con vítreo reflejo los carmesíes;{6} en el manto, los verdes deesmaragdita. Tendido el cabello color de miel por los hombros, rodea lacabeza diadema de diamantillos, sólo visibles por la chispa de luz quelanzan. La mano derecha de la figurita descansa en una rueda de oroobscuro, erizada de puntas, como el lomo de un pez de aletas erectas.Detrás, una arquitectura de finísimas columnas y capitelicos áureos.

En sillones forrados de yute desteñido, ocupan puesto alrededor de lamesa tres personas. Una mujer, joven, pelinegra, envuelta en el crespóninglés de los lutos rigurosos. Un vejezuelo vivaracho, seco como unanuez. Un sacerdote cincuentón, relleno, con sotana de mucho reluz, tersasobre el esternón bombeado.

—¿Leo ó no la historia?—urge el eclesiástico, agitando un rollo depapel.

—La patraña—critica el seglar.

—La leyenda—corrige la enlutada—. Cuanto antes, señor Magistral.Deseando estoy saber algo de mi Patrona.

—Pues lo sabrás... Es decir, en estos asuntos, ya se te alcanza que lasnoticias rigurosamente históricas no son copiosas. Hay que emitir algunasuposición, siempre razonada, en los puntos dudosos. Yo someto mitrabajo á la decisión de nuestra Santa Madre la Iglesia. Vamos, lasometería si hubiese de publicar. Aquí entre nosotros, aunque adorne unpoco... En no alterando la esen

...

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